La fábula del zorro y las uvas – moraleja (disonancia cognitiva)

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La fábula del zorro y las uvas – moraleja (disonancia cognitiva)

Mediante esta fábula del escritor griego del siglo VI a.C Esopo te voy a explicar cómo funciona el mecanismo psicológico de disonancia cognitiva y vas a comprender cuáles son sus implicaciones en el desarrollo del talento.

Érase una vez un zorro que un buen día divisó un hermoso racimo de uvas maduras colgando de una enredadera, entre las ramas de un árbol. Las uvas parecían dulces y jugosas, y la boca del zorro se le hacía agua mientras las miraba fijamente.

El racimo colgaba de una rama alta, y el zorro tuvo que saltar por él. La primera vez que saltó, no las alcanzó por mucho. Así que caminó una corta distancia y dio un salto corriendo hacia él, solo para quedarse corto una vez más. Una y otra vez lo intentó, pero fue en vano.

Ahora se sentó y miró las uvas disgustado.

«Qué tonto soy», dijo. «Aquí me estoy agotando para obtener un racimo de uvas agrias que no vale la pena ni mirar».

Y se fue caminando con una actitud arrogante y altiva.

Esta historieta pone de manifiesto el fenómeno psicológico llamado “disonancia cognitiva”, que hace referencia a la tensión psíquica que acontece cuando una actitud o comportamiento entra en conflicto con una creencia. En el caso del zorro, por ejemplo, al ser insuficiente su esfuerzo por conseguir alcanzar las uvas y generar esto un malestar emocional, construye otra realidad según la cual su actitud sí tiene coherencia.

Es decir, el hecho de abandonar ante un reto difícil es una actitud que entra en conflicto con el propio autoconcepto del zorro. Por tanto, la forma que tiene de reducir esta disonancia que genera tensión psicológica es la de percibir las uvas como no apetecibles. De esta manera su actitud displicente queda justificada.

Si extrapolamos este fenómeno al mundo del deporte o a otros ámbitos nos vamos a dar cuenta de que es algo relativamente habitual. Cuántas veces después de un mal desempeño hemos escuchado justificaciones que escurren la responsabilidad personal… Estoy seguro de que si dejas al lado tu ego y haces un pequeño examen de conciencia en alguna situación te vas a sentir identificado con lo que expongo.

jimmy connors

Lo que es importante que entiendas es que este mecanismo en muchas ocasiones cumple la función de proteger nuestra autoestima ante hechos a priori deseables que no hemos sido capaces de conseguir. En estos casos de disonancia cognitiva es cuando hay más probabilidad de adoptar un estilo atribucional externo para interpretar la realidad. Es decir, atribuir la responsabilidad de nuestros malos resultados a factores externos que no controlamos. Esto evita que nos centremos en trabajar y desarrollar todo aquello que tiene influencia en nuestro rendimiento y que depende de nosotros mismos, limitando enormemente el desarrollo de nuestro talento.

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Estilo atribucional y rendimiento deportivo

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Estilo atribucional y rendimiento deportivo

Tal y como explico en el artículo sobre la estructura mental del deportista, la percepción de que existe una sola realidad que cada cual interpreta a su manera es una creencia extendida en la mayoría de personas, pero no es la que mejor sirve para entender ciertas situaciones como, por ejemplo, por qué motivo ante un hecho concreto diferentes personas tienen una concepción radicalmente opuesta del mismo. Esto nos lleva a concluir que cada persona construye su realidad en base a sus percepciones, es decir, en base a sus valores y creencias.

En este sentido, lo más importante es tener claro que cada construcción de la realidad conlleva diferentes implicaciones, cosa que entenderás perfectamente a continuación.

ATRIBUCIONES Y ESTILO ATRIBUCIONAL

Las atribuciones son procesos cognitivos mediante los cuales damos explicación a los hechos que nos ocurren en nuestro día a día. O, en otras palabras, los procesos cognitivos a partir de los cuales construimos nuestra realidad. Así pues, una persona con cierto estilo atribucional va a construir una realidad diferente a otra con otro estilo atribucional, ante un mismo hecho objetivo.

Existe mucha teoría al respecto de los diferentes estilos atribucionales y sus implicaciones en el bienestar y la autoestima de las personas. A continuación me voy a centrar en dos de los estilos atribucionales que más impacto tienen en el desarrollo del talento deportivo.

1. ATRIBUCIONES DE CONTROL (LOCUS DE CONTROL)

Control interno: cuando atribuimos la responsabilidad de nuestros resultados deportivos a nadie ni nada más que a nosotros mismos. Por ejemplo: “He perdido el partido porque no he entrenado lo suficiente” o “He ganado el partido porque he estado entrenando bien”.

Control externo: cuando atribuimos la responsabilidad de nuestros resultados deportivos a factores externos que no controlamos. Ejemplo: “He perdido el partido porque el árbitro me ha perjudicado” o “He ganado el partido porque he tenido suerte”.

En lo que respecta a este tipo de atribuciones, es fácil darse cuenta que el estilo atribucional interno es el que más va a beneficiar el desarrollo del potencial deportivo, ya que implica centrarse en aquellos aspectos en los que realmente tenemos el control. Por tanto, el deportista con un locus de control interno va a gastar sus energías en trabajar para mejorar todo aquello que está a su alcance. En cambio, el estilo atribucional externo cumple la función de proteger nuestra autoestima ante las derrotas o fracasos, pero limita enormemente el desarrollo del talento.

Así pues, la promoción de este estilo atribucional en sus pupilos debería ser un objetivo prioritario para cualquier entrenador, sobre todo para el que trabaja con deportistas de categorías inferiores de edad. Esto es así porque es durante estas etapas iniciales en donde estos niños y niñas son más moldeables y se están formando también como personas.

También hay que tener en cuenta que estaremos remando en contra de la corriente cultural predominante en la mayoría de las sociedades socialdemócratas. Un contexto en el cual se tiende a sobreproteger y a buscar responsabilidades externas a los problemas.

2. ATRIBUCIONES TEMPORALES

Atribuciones estables: cuando atribuimos el resultado deportivo a factores inalterables en el tiempo. Ejemplos: “Mi revés a dos manos es un desastre. Nunca voy a ganar un partido” o “Soy muy bueno con la volea”.

Atribuciones inestables: cuando atribuimos el resultado deportivo a factores que pueden variar con el tiempo, es decir, que se pueden modificar. Ejemplos: “He estado muy mal con el revés a dos manos en este partido. En el próximo voy a hacerlo mejor” o “Me ha funcionado muy bien la volea en este partido. Veremos en el siguiente”.

En este caso el estilo atribucional más beneficioso es el estable cuando el resultado o el rendimiento es positivo, y el inestable cuando este es negativo.

Es positivo digerir los buenos resultados para que estos pasen a formar parte de nuestra autoimagen (“tengo un revés a dos manos muy bueno”). De esta forma vamos a ir construyendo una buena autoimagen que nos va a dar confianza a la hora de competir. Por el contrario, cuando el resultado es malo el estilo atribucional más beneficioso es el inestable (“hoy no he estado bien con mi revés a dos manos”), ya que esto va a dejar abierta la posibilidad de poder mejorar nuestro desempeño en un futuro.

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