La verdadera moraleja del mito de David y Goliat

Aparte

La verdadera moraleja del mito de David y Goliat

David y Goliat

Tradicionalmente se ha usado el relato bíblico de David y Goliat para ilustrar que en ocasiones el débil también puede vencer al poderoso. Es decir, que aunque sea un combate desigual, siempre hay espacio para milagros o desenlaces inesperados. En el mundo del deporte encontramos muchos ejemplos que encajan con el símbolo de la lucha victoriosa del desvalido (David) ante el gigante (Goliat). Así pues, ha habido grandes sorpresas como la derrota de Mike Tyson ante James “Buster” Douglas, el “Maracanazo” (victoria de Uruguay ante Brasil en la final del mundial de 1950), o la consecución de la liga de futbol inglesa por parte del Leicester ante equipos con presupuestos infinitamente superiores.

Pues bien, el escritor Malcolm Gladwell, en su libro David y Goliat argumenta que esta interpretación del relato es errónea. En realidad, la historia esconde un mensaje mucho más valioso y profundo, que ha pasado desapercibido por la humanidad durante siglos y siglos, y que desarrollo a continuación.

Filisteos e israelitas se encontraban en conflicto, y era algo común en la época escoger a un guerrero de cada bando para que se enfrentaran entre sí  y de esa forma evitar una guerra en donde se perderían muchas vidas. Nadie se atrevía a enfrentarse al gigante filisteo Goliat, por lo que el pastor israelita David se ofreció, rechazando el uso de cualquier armadura y solamente con su honda y cinco piedras. Lanzó una piedra en la frente de Goliat y luego le cortó la cabeza con su propia espada, en lo que se ha usado como metáfora para hacer alusión a victorias improbables.

Pero, y aquí está la moraleja, David en realidad NO era el débil, al menos en muchos aspectos. Tal y como Gladwell explica, había muchos factores que hacían pensar en su posible victoria.

Por un lado, Goliat estaba empeñado en que David se acercase para tener una lucha cuerpo a cuerpo. Por este y otros detalles (siempre iba acompañado) se puede suponer que el gigante tenía problemas de visión (muy comunes en personas con acromegalia o gigantismo). Además, sus dimensiones (más de 2,5 metros de altura) y su armadura (de unos 50 Kg.) le restaban agilidad y movilidad.

Por otro lado, aunque a primera vista una honda nos parezca un arma poco poderosa, la verdad es que un buen hondero podía “matar o lesionar gravemente a un blanco a una distancia de 200 metros”, argumenta Gadwell. Según estudios realizados por expertos, a cierta distancia la velocidad que alcanza el proyectil lanzado por una honda le confiere un poderío similar al de una pistola.

En resumen, Goliat posiblemente era superior ante un rival de infantería en una lucha con espada y armadura tal y como mandaba el protocolo de la época, pero ante alguien de las características de David tenía muchas probabilidades de ser derrotado. Es decir, el correcto análisis nos muestra que el contendiente supuestamente inferior en realidad era superior si la batalla transcurría de una determinada manera.

Esta moraleja es extrapolable a todos los combates, competiciones, partidos, etc. en los que se enfrenta un favorito y alguien supuestamente inferior. Si se analiza correctamente, los rivales más fuertes también pueden presentar debilidades que los más débiles pueden aprovechar si saben llevar el enfrentamiento a su terreno.

Tyson vs Buster Douglas

Por ejemplo, si analizamos a fondo la derrota de Mike Tyson ante Buster Douglas (para muchos la mayor sorpresa de la historia del deporte) vemos que en realidad ese era el resultado más probable. Así pues, no se trata de una lucha desigual en la que el débil sale victorioso, tal y como se había interpretado el mito de David y Goliat hasta recientemente. Hay que hacer un estudio más profundo para entender lo ocurrido.

Y lo que ocurrió en este caso es que Tyson no se había tomado en serio el combate. Prácticamente no había entrenado (incluso un sparring le tumbó en un entrenamiento) y no había visto ningún vídeo de su oponente. La noche anterior tuvo sexo con varias mujeres, y solo pensaba en irse de juerga. En cambio, Douglas se había estado preparando como nunca, motivado por la reciente muerte de su madre, y sabía de qué forma controlar el combate y mantener alejado a Tyson (usando su jab).

En definitiva, esta nueva visión del mito de David y Goliat es mucho más valiosa y empoderadora. En realidad el débil debe de encontrar el camino para no ser el débil, y dejar de apelar a la épica para conseguir la victoria. Cuando nos encontramos en una situación en la que nos enfrentamos a un supuesto Goliat debemos encontrar la estrategia y las armas que más nos puedan beneficiar en base a nuestras fortalezas y sus debilidades.

Quieres hablar conmigo sobre algún tema? Consulta mis datos de contacto o mis servicios de psicología online.

¿Cuál es la emoción que más nos ayuda a evolucionar?

Aparte

¿Cuál es la emoción que más nos ayuda a evolucionar?

emociones básicasHace unos años asistí a un taller sobre terapia psicológica. El profesor, de los que a mí me gustan, poco académico y con sus propias teorías basadas en la experiencia, nos hizo la pregunta que os traslado ahora a vosotros: ¿Cuál es la emoción que más ayuda a promover el cambio? Sin entrar en el debate de cuantas emociones básicas existen, vamos a decir que las opciones son: alegría, tristeza, miedo, ira, sorpresa y disgusto.

Tómate tu tiempo y piénsatelo. ¿Por cuál de estas emociones te decantas y por qué motivo?

Creo que casi ninguno de los alumnos dimos con la respuesta más interesante. Es cierto que todas estas emociones pueden hacernos reflexionar en según qué determinado momento. Todas tienen la capacidad de movilizarnos y promocionar un cambio en el curso de nuestros pensamientos y acciones, pero hay una con un especial potencial.

La respuesta del profesor me sorprendió. Me hizo darle al coco y reflexionar. Y es que es precisamente la SORPRESA la emoción de la cual nos hablaba. ¿Por qué motivo? Vamos a ver.

La sorpresa es la emoción que experimentamos al cuestionarse nuestras creencias y valores (nuestra estructura cognitiva). Cuando algo nos sorprende es porque escapa a la forma en que interpretamos las cosas. Se trata de una construcción de la realidad diferente a la que tenemos hasta el momento. Al sorprendernos experimentamos una disonancia cognitiva. Es decir, recibimos una información que entra en conflicto con las ideas preconcebidas que teníamos sobre algo. Es aquí donde se encuentra el gran potencial de la sorpresa: el de desafiar nuestra estructura cognitiva. Nos da la posibilidad de abrir nuestra mente y evolucionar hacia formas de pensar diferentes y más flexibles.

bruce lee

Que algo nos sorprenda o no también va a depender de nuestra predisposición a tener en cuenta otras visiones de las cosas. De nuestra apertura a otras experiencias o aprendizajes. Las personas que no sean abiertas mentalmente no van a sorprenderse al recibir ideas que no encajan en su marco mental. Van a sentir disgusto y a rechazar estas visiones. No van a cambiar o evolucionar.

culturas

Así pues, ¿quieres abrirte al cambio? ¿Quieres evolucionar? Entonces rodéate de personas que te sorprendan. Que tengan otra visión de las cosas. Que sean diferentes. Que tengan su propio punto de vista. En definitiva, que te hagan REFLEXIONAR.

“Espero que veas cosas que te sorprendan. Espero que sientas cosas que nunca hayas sentido. Espero que conozcas a personas con otro punto de vista”. – El curioso caso de Benjamin Button.

Quieres hablar conmigo sobre algún tema? Consulta mis datos de contacto o mis servicios de psicología online.

La tiranía de la actitud positiva

Aparte

La tiranía de la actitud positiva

actitud positivaA lo largo de la historia de la humanidad, el objetivo vital de las personas ha ido cambiando. A grandes rasgos, se podría decir que hasta la Revolución Industrial, el propósito de gran parte de la población era el de alcanzar unas condiciones que les permitiera sobrevivir. A partir de aquí, una vez se fueron cubriendo estas necesidades más primarias de supervivencia, otros objetivos y necesidades fueron ganando protagonismo (formar parte de un grupo social, tener un trabajo que genere satisfacción, sentirnos queridos, etc.).

Hoy en día nos encontramos en una sociedad en donde el objetivo vital principal en muchas personas es el de sentirse realizado y alcanzar la felicidad. De aquí que haya habido el “boom” de los libros de autoayuda, el coaching o la Psicología positiva.

No tiene nada de malo el querer mejorar nuestra vida, pero tener que ser feliz sea como sea y en cualquier situación puede ser una tiranía. Estamos acostumbrados a ver mensajes en las redes sociales o en otros medios del tipo: “Si estás triste, sonríe” o “Hoy he decidido ser feliz”. Como si el hecho de ser feliz fuera una opción que cualquiera puede escoger, y con esta facilidad. ¿Por qué motivo nos negamos la posibilidad de estar tristes?

Cuando nos hacen una foto, por ejemplo, lo primero que hacemos inconscientemente es poner una sonrisa. Si no lo hacemos siempre habrá alguien que nos reprochará que estamos muy serios. Es muy curioso observar fotografías antiguas, de nuestros abuelos o anteriores, y mirar cual es su expresión. Nos daremos cuenta de que en muchas ocasiones no están sonriendo, sino que simplemente están allí sin mostrar ningún estado emocional para que les hagan la foto solamente. No creo que esto sea cuestión de que antes no fueran felices, sino que no había la cultura y la presión social de mostrar una buena cara.

3559290114_af97595132Es por todo esto que algunos autores ya empiezan a hablar de “la tiranía de la actitud positiva” y de los efectos contraproducentes que esta puede tener, ya que si te sientes mal por alguna cosa y no puedes poner una cara feliz por mucho que lo intentes, puedes acabar por sentirte peor. No solo te sientes mal por lo que pasa, sino que también te sientes culpable por no sentirte bien.

Quieres hablar conmigo sobre algún tema? Consulta mis datos de contacto o mis servicios de psicología online.

Mindfulness y deporte

Aparte

¿Qué es eso del mindfulness? Aplicaciones en la vida y en el deporte

mindfulnessA lo largo de los últimos años se ha hecho muy popular el uso del mindfulness en el ámbito del bienestar personal, pero mucha gente no sabe en qué consiste ni entiende en qué se basa esta metodología. A continuación intentaré explicarlo de la forma más sencilla posible.

A grandes rasgos podríamos decir que en las sociedades occidentales las personas solemos relacionar el hecho de obtener felicidad o bienestar con conseguir cosas u objetivos. Es decir, pensamos que cuando consigamos ciertas cosas seremos más felices. En cambio, en las culturas orientales a menudo se tiene otra visión del bienestar, que tiene más en cuenta saber apreciar el presente, aceptar las situaciones que nos toca vivir y ser conscientes de que todo es temporal. El objetivo del mindfulness debe situarse dentro de ese contexto filosófico oriental.

El mindfulness o atención plena es una práctica que está basada en un tipo de meditación budista. Se podría definir como una meditación adaptada a la sociedad occidental y desprovista de cualquier misticismo o significado religioso. Básicamente consiste en observar ciertas sensaciones corporales sin juzgarlas ni reaccionar a ellas con ningún pensamiento, sentimiento o emoción. Así, se trata de un entrenamiento mental destinado a enfocarse en el presente, aceptándolo tal y como es. Un ejemplo sería cerrar los ojos y concentrarse en la respiración. Observar cómo entra y cómo sale el aire de las fosas nasales, sin hacer caso a los pensamientos que vayan surgiendo en nuestra cabeza.

mindfulness¿Cómo nos puede ayudar eso? Pues bien, estaréis de acuerdo conmigo en que vivimos en una sociedad en donde continuamente estamos expuestos a multitud de estímulos (televisión, emails, llamadas, mensajes de WhatsApp, etc.). Tenemos tantas cosas en la cabeza que a menudo nos es muy difícil concentrarnos en una tarea concreta. Nos hemos acostumbrado a estar atentos parcialmente, a las distracciones, y a hacer muchas cosas a la vez. Eso nos provoca estrés y dificultades para disfrutar del presente.

Es por eso que la práctica del mindfulness puede ser muy beneficiosa, y especialmente en personas que sufren de ansiedad o depresión. Cuando estamos ansiosos tenemos en la cabeza pensamientos y preocupaciones por cosas que pueden pasar en el futuro. Y cuando estamos tristes solemos dar vueltas continuamente a situaciones del pasado. Por lo tanto, lo que persigue esta práctica es romper estos patrones de pensamiento que nos provocan sufrimiento, entrenando el cerebro para que se centre en el presente y huya del hábito de dar vueltas y vueltas a las cosas dentro de la cabeza. Dicho de otra forma, se busca que seamos conscientes de la realidad del momento presente que estamos viviendo, pero sin quedar atrapados en los pensamientos y las reacciones emocionales que esta situación nos provoque.

Mindfulness y deporte

Otra de las aplicaciones que tiene la práctica del mindfulness se encuentra en el ámbito del deporte. Dependiendo de qué tipología de deporte se trate, la meditación nos puede aportar unos beneficios determinados:

  • Mejorar la concentración: muchos deportes requieren de una concentración muy focalizada en determinados momentos. El entrenamiento en atención plena nos ayuda a reforzar nuestra habilidad para evitar distracciones.
  • Estado de flow: es un aspecto muy relacionado con la concentración. Se llama flow o flujo al estado mental en el cual nos encontramos totalmente enfocados en una tarea, con un sentimiento de control de la situación muy acusado (no hay que olvidar que se trata de un constructo). En ese estado nos encontramos fusionados con el presente, disfrutando del momento sin experimentar una sensación de esfuerzo. La práctica del mindfulness pretende desarrollar nuestra capacidad de sentir el presente y experimentar el estado de flujo.
  • Gestión de las emociones: hay deportes, como por ejemplo el tenis o el pádel, que son unas auténticas montañas rusas emocionales, ya que continuamente se alternan aciertos y errores que pueden afectar nuestro rendimiento si nos quedamos “enganchados” en ellos. La meditación va a ayudar a que nos centremos en el presente y a que las emociones no nos dominen.
  • Gestión del dolor: el dolor es una sensación corporal que nuestro cerebro interpreta como aversiva. Ciertamente se puede diferenciar entre la sensación y la valoración que hacen de ella nuestros procesos mentales (en el sadomasoquismo, por ejemplo, sus practicantes se entrenan o se predisponen mentalmente para que el dolor genere placer). Con la práctica de la meditación se pretende observar la sensación tal y como es, sintiendo el dolor sin hacer ningún juicio, ni como algo agradable o desagradable. Es decir, sentir el dolor (que no tendríamos que definir como dolor) sin sufrir dolor.
  • Disfrutar del deporte: cuando practicamos nuestro deporte sin tener que batallar con pensamientos intrusivos, sin sentirnos arrastrados por el vaivén de las emociones y, en definitiva, con una sensación de control mental, la práctica es mucho más gratificante y motivadora.

Quieres hablar conmigo sobre algún tema? Consulta mis datos de contacto o mis servicios de psicología online.