La motivación está sobrevalorada
Nos encantan los vídeos motivacionales. Las frases del tipo “Tu puedes conseguir todo lo que te propongas” o “Creer es poder”. Las marcas de ropa deportiva lo saben y enfocan sus comerciales a provocarnos este sentimiento. Quieren que asociemos su marca con la imagen de fortaleza y superación, y de esta forma compremos sus productos.
Cuando estamos motivados todo es más fácil. Es un aspecto básico a tener en cuenta y a promocionar sobre todo en el trabajo con grupos. La motivación suele venir de tener unos objetivos claros para los cuales estamos trabajando o, simplemente, de disfrutar de lo que hacemos. El problema es que la motivación nunca es permanente. Es la chispa que enciende la mecha de la acción o del cambio, pero en algún momento se volatiliza. A lo largo del camino planeado suelen aparecer trabas que alteran nuestro estado de ánimo. Malos resultados, lesiones, problemas personales…
Y es en estos momentos de bajón donde entra en juego un valor que se encuentra ciertamente a la baja en este siglo XXI: el COMPROMISO. Algunos estudiosos han observado que los chicos y chicas de la generación llamada “millenial” (nacida entre 1985 y el 2000 aproximadamente) esperan conseguir todo lo que quieren inmediatamente y con facilidad, porque toda su vida han estado acostumbrados a la gratificación instantánea. Al depender de estímulos externos inmediatos, se frustran y desmotivan enseguida cuando no los obtienen.
Soy de la opinión de que la motivación está sobrevalorada y el compromiso infravalorado. La motivación es impermanente. El compromiso, si es verdadero, NO.
El compromiso crea unos hábitos inquebrantables, y esos hábitos forjan un carácter fuerte. Los días de lluvia, las décimas de fiebre, la tristeza de una reciente derrota deportiva, o la muerte de nuestro amado perro no son motivos suficientes para saltarse un entrenamiento. Es ahí donde se moldea el gran competidor, precisamente en los momentos en los que no se está motivado.
La motivación nos ayuda a superar límites, sí. Pero es el trabajo silencioso, la persistencia, y el esfuerzo realizado en momentos de desánimo lo que marca las diferencias.
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Me encanta la psicología y todo lo relacionado con el deporte, por lo que tu blog es una delicia para mi! Este artículo me trae a la mente una frase, precisamente motivacional, que lleva el gran Stan Wawrinka tatuada en su antebrazo “Lo intentaste. Fracasaste. No importa. Sigue intentándolo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor», una parte de un poema del dramaturgo Samuel Becket, que creo que conjuga a la perfección mucho de lo que se plantea en este artículo, es una frase puramente motivadora pero que apunta directamente al compromiso que has comentado, al compromiso que debe surgir para seguir luchando e intentándolo cuando salen esas trabas en el camino de las que has hablado.
Un gran trabajo Enric, enhorabuena.
¡Muchas gracias! Muy buen apunte el que comentas.
Buenisimo artículo.
Mola encontrar escritos que recogen las ideas y realidades que vivimos como entrenadores.
Gracias.
Gracias por el comentario Jose.
ESTANDO EN PARTE DE ACUERDO DE LA INFRAVALORACION DEL COMPROMISO EN SI ,ES Y PARTE DE LA MOTIVACION INTRINSECA , LA QUE CREAMOS A BASE DE CREER Y DISFRUTAR DE LO QUE HACEMOS Y/O APRENDEMOS, CREANDO VINCULOS EMOCIONALES SOBRE LA EXPERIENCIA, QUE REFUERZAN ESA MOTIVACION INTRINSECA QUE NOS LLEVA AL COMPROMISO PERSONAL HACIA LA ACTIVIDAD. POR LO TANTO SOBREVALORAMOS LA MOTIVACION ? LA EXTRINSECA SI , LA MOTIVACION INTRINSECA CREADA PERDURA INTEGRADA EN LA FORMA DE REALIZAR LAS ACITIVIDADES QUE NOS PROPONGAMOS.
Tienes razón Davidsan, muy buena aportación, gracias.
Hola, buenas tardes, desde mi experiencia y estudio, la motivación es el para qué, y el compromiso, ese es la acción para mi y conmigo misma, involucrarme, es estar dentro de mi, con mis para qué y el plan de acción para el logro…»
Gracias, es inspirador tu artículo